sábado, 24 de marzo de 2012

Ardilla


Este pequeño mamífero mide entre 35 y 45 cm de longitud, de los que casi la mitad pertenecen a la cola. En las extremidades delanteras, el pulgar es reducido, pero los otros 4 dedos están bien desarrollados y dotados de largas, curvadas y afiladas uñas.

La palabra ardilla (paleohispánico: harda ‘sin h y en diminutivo’) hace referencia a los Sciuridae perteneciente al orden de los roedores.

Se destaca por sus ojos brillantes y dientes muy desarrollados y salientes.
Existen varias especies de ardillas distintas en color y tamaño, que viven en los bosques de casi todo el mundo.



Su alimentación está basada en cortezas, frutos secos, semillas y brotes tiernos. También bellotas que entierran en varios sitios durante el verano para poder alimentarse en el invierno. Otro alimento importante es la semilla del pino (los piñones) que pela con gran habilidad y rapidez, bastándole tres minutos para dejar completamente limpia una piña. Las nueces son también un manjar.


Arman su nido entre las ramas o en los huecos de los árboles, aunque también suelen aprovechar los nidos abandonados de algún pájaro.
Cuando arma el nido en los árboles lo hace en las horquillas que forman las ramas. Suelen establecer más de uno en un radio de 200 o 300 metros, que el macho delimita con orina u otras marcas. El nido principal es para las crias y los otros los utiliza como depósito de alimentos o para descansar.


Se han encontrado restos fósiles que datan de entre 20 y 30 millones de años. Actualmente, las 350 especies –más o menos- habitan en los cinco continentes, dónde observan hábitos tanto arborícolas como terrestres. La ardilla acepta la presencia humana sin dificultad, por lo que es habitual verla en parque y jardines.
Por el contrario en las sierras y lugares donde no tiene contacto con los humanos, al menor atisbo de movimiento o ruido huye con rapidez y trepa por los árboles para situarse fuera de su alcance, aunque su curiosidad le hace mirar hacia el visitante tan pronto se considera a salvo. div>



Tanto el ascenso como el descenso de los árboles lo hace cabeza abajo utilizando las poderosas uñas de sus cuatro patas. Los cuatro dedos de las patas delanteras suele usarlos como pequeñas manos con las que sujeta los alimentos que pela y come (por ejemplo los cacahuetes o maníes).



Tiene muy desarrollado el sentido de la vista, lo que le permite calcular con exactitud los saltos de hasta cinco metros de una rama a otra.
El agua es un factor muy importante para la especie, que se ve afectada también por las temperaturas extremas. Sin llegar a hibernar, en el período de frío intenso reduce mucho su actividad, lo mismo que con un calor excesivo (unos 35º) cuando disminuye su capacidad metabólica y prefiere refugiarse en su nido. Su mayor actividad se desarrolla al amanecer y en las primeras horas de la tarde.


En libertad puede vivir hasta seis años, pero lo normal es que no pase de los tres. La mortalidad es elevada entre los individuos jóvenes, y en cautiverio puede alcanzar los diez años de vida.

Las hembras primerizas tienen un parto al año pero a partir del segundo años ya son posibles dos gestaciones anuales que duran entre 40 y 60 días
Las crías al nacer pesan 12 gramos. Tienen los ojos cerrados y carecen de capacidad auditiva. A la semana les sale pelo y a la cuarta o quinta semana ya pueden ver y oir.


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